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Jonatan Molina Torres
Los psicólogos, si queremos hacer bien nuestro trabajo, necesariamente tenemos que especializarnos en algunos temas concretos.

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Suelo dividirlos en dos grupos de problemas: los problemas rojos serían aquellos que se expresan “hacia fuera” y por tanto que tienen más que ver con el comportamiento. Por otro lado, los problemas azules son aquellos que tienen más que ver con emociones como la ansiedad y la tristeza y su dificultad para manejarlas y se expresarían habitualmente “hacia dentro”.
Problemas rojos

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es un trastorno neurológico que afecta a niños y adultos. Se caracteriza por la dificultad para prestar atención, la impulsividad y la hiperactividad. Las personas con TDAH pueden tener problemas para concentrarse en tareas específicas, seguir instrucciones y controlar sus impulsos. También pueden ser inquietos y tener dificultades para sentarse quietos durante períodos prolongados de tiempo. El TDAH puede afectar significativamente la vida diaria de una persona, incluyendo su rendimiento académico, relaciones interpersonales y desempeño laboral. Sin embargo, con el tratamiento adecuado, las personas con TDAH pueden aprender a manejar sus síntomas y llevar una vida plena y satisfactoria.

Los problemas de control de la ira en la infancia son una dificultad común que puede afectar el bienestar emocional y social de los niños. Estos problemas se caracterizan por una incapacidad para regular las emociones intensas, lo que puede llevar a comportamientos agresivos, explosiones emocionales y dificultades para resolver conflictos de manera efectiva. Los niños que experimentan problemas de control de la ira pueden beneficiarse de la terapia y el apoyo emocional para aprender habilidades de regulación emocional y estrategias de resolución de conflictos saludables. Es importante abordar estos problemas temprano para prevenir problemas más graves en el futuro.

La desobediencia y la conducta desafiante son dos términos que se utilizan en el ámbito de la psicología infantil para describir comportamientos que pueden ser problemáticos en los niños. La desobediencia se refiere a la falta de cumplimiento de las normas o reglas establecidas por los adultos, mientras que la conducta desafiante implica una actitud de resistencia o desafío hacia la autoridad.

Ambos comportamientos pueden ser indicativos de problemas emocionales o de conducta en los niños, y pueden ser el resultado de factores como la falta de límites claros, la falta de atención o afecto por parte de los adultos, o la presencia de problemas de salud mental como el trastorno de conducta.

Es importante abordar estos comportamientos de manera temprana y efectiva, ya que pueden tener consecuencias negativas a largo plazo para el desarrollo emocional y social de los niños. Los enfoques terapéuticos como la terapia cognitivo-conductual pueden ser útiles para ayudar a los niños a desarrollar habilidades de autocontrol y a aprender a manejar sus emociones de manera más efectiva.

En el ámbito de la psicología infantil, las mentiras y la manipulación son comportamientos que pueden ser preocupantes para los padres y cuidadores. Las mentiras son declaraciones falsas que se hacen con la intención de engañar a alguien, mientras que la manipulación implica influir en los demás para obtener lo que se quiere. Ambos comportamientos pueden ser indicativos de problemas emocionales o de conducta en los niños, y es importante abordarlos con cuidado y comprensión. Los padres y cuidadores pueden ayudar a los niños a desarrollar habilidades de comunicación efectivas y a fomentar la honestidad y la empatía para prevenir la mentira y la manipulación en el futuro.

Los problemas de relación con los padres y/o hermanos son una de las principales preocupaciones en el ámbito de la psicología infantil. Estos problemas pueden manifestarse de diversas formas, como la falta de comunicación, la falta de afecto, la falta de atención, la falta de respeto, entre otros. Estos problemas pueden tener un impacto negativo en el desarrollo emocional y social del niño, lo que puede llevar a problemas de conducta, baja autoestima y dificultades en las relaciones interpersonales. Es importante que los padres y los profesionales de la salud mental trabajen juntos para identificar y abordar estos problemas de manera efectiva, para ayudar al niño a desarrollar relaciones saludables y positivas con su familia.

El rechazo escolar es un fenómeno que se produce cuando un niño o niña se niega a asistir a la escuela o muestra una actitud negativa hacia ella. Este comportamiento puede ser causado por diversos factores, como problemas de adaptación social, dificultades de aprendizaje, problemas familiares, bullying, entre otros. Es importante abordar el rechazo escolar de manera temprana y adecuada, ya que puede tener consecuencias negativas en el desarrollo emocional y académico del niño o niña. Los profesionales de la psicología infantil pueden ayudar a identificar las causas subyacentes del rechazo escolar y trabajar con el niño o niña y su entorno para encontrar soluciones efectivas.

El bajo rendimiento académico se refiere a la dificultad que tiene un niño o niña para alcanzar los objetivos y metas establecidos en el ámbito escolar. Esto puede deberse a diversos factores, como problemas de atención, falta de motivación, dificultades de aprendizaje, problemas emocionales o familiares, entre otros. Es importante identificar las causas subyacentes del bajo rendimiento académico para poder abordarlas de manera efectiva y ayudar al niño o niña a mejorar su desempeño escolar y su autoestima. La intervención temprana y el apoyo emocional son fundamentales para prevenir que el bajo rendimiento académico se convierta en un problema crónico que afecte el desarrollo y bienestar del niño o niña a largo plazo.

El uso problemático de nuevas tecnologías en la infancia se refiere a la conducta excesiva y descontrolada en el uso de dispositivos electrónicos, como teléfonos móviles, tabletas y videojuegos, que afecta negativamente el desarrollo físico, emocional y social del niño. Este comportamiento puede generar adicción, aislamiento social, problemas de sueño, bajo rendimiento académico y dificultades en la comunicación y las relaciones interpersonales. Es importante que los padres y cuidadores estén atentos a las señales de alerta y establezcan límites claros y saludables en el uso de las nuevas tecnologías para garantizar el bienestar y el equilibrio emocional de los niños.

Los problemas graves de conducta en la psicología infantil se refieren a comportamientos persistentes y repetitivos que interfieren significativamente en el desarrollo y bienestar del niño. Estos problemas pueden incluir conductas agresivas, desafiantes, destructivas, mentir, robar, faltar a la escuela, entre otros. Estos comportamientos pueden ser el resultado de factores biológicos, ambientales o una combinación de ambos. Es importante abordar estos problemas de conducta de manera temprana y efectiva para prevenir consecuencias negativas a largo plazo en la vida del niño.

Los problemas con el pipí o la caca son comunes en la infancia y pueden ser causados por diversos factores, como la falta de control de esfínteres, el estrés, la ansiedad o la falta de hábitos higiénicos adecuados. Estos problemas pueden afectar la autoestima y la confianza del niño, así como su relación con los demás. Es importante abordar estos problemas de manera comprensiva y sin juzgar al niño, brindándole apoyo y orientación para superarlos. Los padres y cuidadores pueden ayudar al niño a establecer una rutina de ir al baño regularmente, ofrecerle incentivos y recompensas por sus logros y buscar la ayuda de un profesional de la salud mental si los problemas persisten. Con el tiempo y la paciencia, la mayoría de los niños superan estos problemas y logran un control completo de sus esfínteres.

Problemas azules

Los problemas de ansiedad en la infancia se refieren a un conjunto de síntomas y comportamientos que indican un exceso de preocupación, miedo o temor en los niños. Estos problemas pueden manifestarse de diferentes maneras, como en la forma de fobias, trastornos obsesivo-compulsivos, trastornos de ansiedad generalizada, entre otros. Los niños que sufren de ansiedad pueden experimentar síntomas físicos como sudoración, palpitaciones, dolores de cabeza y estómago, y dificultades para dormir. Es importante que los padres y cuidadores estén atentos a estos síntomas y busquen ayuda profesional si sospechan que su hijo está sufriendo de problemas de ansiedad. La terapia cognitivo-conductual y otras formas de terapia pueden ser efectivas para ayudar a los niños a manejar su ansiedad y mejorar su calidad de vida.

Las fobias y los miedos son dos conceptos que se relacionan en el ámbito de la psicología infantil. Las fobias son miedos intensos e irracionales hacia objetos, situaciones o animales específicos, que pueden interferir en la vida cotidiana del niño. Por ejemplo, una fobia a los perros puede hacer que el niño evite salir a la calle o tener contacto con amigos que tengan mascotas. Los miedos, por otro lado, son respuestas emocionales normales ante situaciones que pueden ser percibidas como peligrosas o amenazantes. Por ejemplo, un niño puede tener miedo a la oscuridad o a los ruidos fuertes. Es importante que los padres y los profesionales de la salud mental estén atentos a los miedos y fobias de los niños, ya que pueden afectar su desarrollo emocional y social. El tratamiento de las fobias y los miedos puede incluir terapia cognitivo-conductual, que ayuda al niño a enfrentar sus miedos de manera gradual y controlada.

La ansiedad social en el ámbito de la psicología infantil se refiere a un miedo o temor excesivo a situaciones sociales o de interacción con otras personas. Los niños que experimentan ansiedad social pueden sentirse incómodos o avergonzados al hablar en público, conocer a nuevas personas o participar en actividades sociales. Esta ansiedad puede afectar su capacidad para hacer amigos, participar en la escuela y disfrutar de la vida social. Es importante que los padres y cuidadores estén atentos a los signos de ansiedad social en los niños y busquen ayuda profesional si es necesario para ayudarles a superar esta dificultad.

Las preocupaciones excesivas u obsesiones en el ámbito de la psicología infantil se refieren a pensamientos o comportamientos repetitivos que generan ansiedad y malestar en el niño. Estas preocupaciones pueden estar relacionadas con temas como el rendimiento escolar, la salud, la seguridad o el comportamiento social. Es importante que los padres y cuidadores estén atentos a estas señales y busquen ayuda profesional si las preocupaciones del niño interfieren en su vida diaria o en su capacidad para disfrutar de las actividades cotidianas. La terapia cognitivo-conductual es una de las opciones de tratamiento más efectivas para ayudar a los niños a manejar sus preocupaciones y obsesiones.

El bajo estado de ánimo o decaimiento en la psicología infantil se refiere a una disminución en el estado emocional de un niño, en el que puede sentirse triste, desanimado o apático. Este estado puede ser causado por diversos factores, como problemas familiares, dificultades escolares, cambios en el entorno o problemas de salud. Es importante que los padres y cuidadores estén atentos a los cambios en el comportamiento de los niños y busquen ayuda profesional si el bajo estado de ánimo persiste o afecta la calidad de vida del niño. La terapia y el apoyo emocional pueden ayudar a los niños a superar este estado y recuperar su bienestar emocional.

El duelo complicado en el ámbito de la psicología infantil se refiere a un proceso de duelo que se extiende más allá de lo que se considera normal o esperado. En estos casos, el niño o niña puede tener dificultades para aceptar la pérdida, experimentar emociones intensas y prolongadas, y tener problemas para adaptarse a la vida sin la persona o cosa que ha perdido. El duelo complicado puede ser causado por diversas situaciones, como la muerte de un ser querido, la separación de los padres, la pérdida de una mascota o un cambio significativo en la vida del niño. Es importante que los padres y profesionales de la salud mental estén atentos a los signos de duelo complicado y brinden el apoyo necesario para ayudar al niño a superar esta difícil etapa.

La vivencia de situaciones difíciles en la infancia puede tener un impacto significativo en el desarrollo emocional y psicológico del niño. El divorcio de los padres, un accidente, la muerte de un ser querido o un trauma pueden generar sentimientos de tristeza, miedo, ansiedad y confusión en los niños. Es importante que los padres y cuidadores brinden apoyo emocional y psicológico a los niños durante estos momentos difíciles, permitiéndoles expresar sus emociones y ayudándoles a comprender y procesar lo que está sucediendo. La terapia infantil también puede ser una herramienta valiosa para ayudar a los niños a superar estas situaciones y desarrollar habilidades de afrontamiento saludables.

La baja autoestima en niños se refiere a la percepción negativa que tienen de sí mismos. Los niños con baja autoestima pueden sentirse inseguros, desvalorizados y tener una imagen distorsionada de sí mismos. Esto puede afectar su capacidad para relacionarse con los demás, su rendimiento académico y su bienestar emocional. Es importante que los padres y cuidadores estén atentos a las señales de baja autoestima en los niños y trabajen en fomentar su autoestima a través de la valoración, el apoyo y la motivación.

La insatisfacción personal o con la vida en el ámbito de la psicología infantil se refiere a la sensación de malestar o descontento que experimenta un niño en relación a su propia vida o a aspectos específicos de ella. Esta sensación puede manifestarse de diversas formas, como tristeza, apatía, irritabilidad o ansiedad, y puede estar relacionada con factores como la falta de autoestima, la presión social, la comparación con otros niños o la falta de logros personales. Es importante que los padres y los profesionales de la salud mental estén atentos a estas señales y trabajen con el niño para identificar las causas de su insatisfacción y ayudarlo a desarrollar habilidades para manejar sus emociones y mejorar su bienestar emocional.

Las autolesiones son comportamientos repetitivos en los que un niño o adolescente se hace daño a sí mismo de manera intencional, como cortarse, quemarse o golpearse. Estas conductas pueden ser una forma de expresar emociones intensas, como la tristeza, la ira o la ansiedad, o pueden ser una forma de aliviar el estrés o la tensión emocional. Las autolesiones pueden ser un signo de un problema emocional subyacente y es importante buscar ayuda profesional si se observan estos comportamientos en un niño o adolescente.

Preguntas frecuentes

En estos temas siempre surgen dudas

Si tienes alguna duda, los primero que tengo que decirte es que me puedes consultar sin compromiso. En el siguiente apartado resuelvo algunas del as preguntas que me hacen con más frecuencia.

Jonatan-molina

Jonatan Molina

La psicología infantil es una rama de la psicología que se enfoca en el estudio del desarrollo emocional, cognitivo y social de los niños desde su nacimiento hasta la adolescencia. Su importancia radica en que permite comprender y abordar los problemas y dificultades que pueden presentar los niños en su desarrollo, así como también promover su bienestar y desarrollo óptimo. Además, la psicología infantil ayuda a los padres y cuidadores a entender mejor las necesidades y comportamientos de los niños, y a establecer relaciones saludables y positivas con ellos.

Algunos de los principales trastornos psicológicos que pueden afectar a los niños son el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), el trastorno del espectro autista (TEA), la depresión infantil, la ansiedad y los trastornos de conducta. El tratamiento puede variar según el trastorno y la gravedad del mismo, pero puede incluir terapia psicológica, terapia ocupacional, medicación y cambios en el estilo de vida. Es importante buscar ayuda profesional para el diagnóstico y tratamiento adecuados.

Existen diferentes señales que pueden indicar que un niño necesita ayuda psicológica, como cambios en su comportamiento, dificultades para relacionarse con otros niños, problemas de aprendizaje, tristeza o ansiedad persistentes, entre otros. Si como padre o cuidador observas estos síntomas, es importante buscar la ayuda de un especialista en psicología infantil para evaluar la situación y ofrecer el tratamiento adecuado. En general, se recomienda buscar ayuda profesional cuanto antes para prevenir que los problemas se agraven y afecten el bienestar emocional y social del niño.

Algunas técnicas y estrategias utilizadas en la terapia psicológica infantil incluyen el juego terapéutico, la terapia cognitivo-conductual, la terapia de juego, la terapia de arte y la terapia de grupo. Estas técnicas pueden ayudar a los niños a expresar sus emociones, mejorar su autoestima, desarrollar habilidades sociales y de comunicación, y aprender a manejar situaciones difíciles. La terapia también puede ayudar a los padres a comprender mejor las necesidades emocionales de sus hijos y a desarrollar habilidades para apoyar su bienestar emocional.

1. Refuerza sus logros y esfuerzos, no solo los resultados.
2. Anima a tu hijo a tomar decisiones y a ser independiente.
3. Enséñale a aceptar y manejar sus emociones.
4. Valora sus opiniones y escucha sus ideas.
5. Celebra su individualidad y fomenta su autoexpresión.
6. Enséñale a ser amable y respetuoso con los demás.
7. Ayúdalo a establecer metas realistas y alcanzables.
8. Demuéstrale amor y apoyo incondicional.
9. Enséñale a ser resiliente y a superar los obstáculos.
10. Fomenta su curiosidad y creatividad.

Puedes ayudar a tu hijo a manejar el estrés y la ansiedad en situaciones difíciles hablando con él sobre sus sentimientos, enseñándole técnicas de relajación como la respiración profunda y el yoga, fomentando la actividad física y el juego al aire libre, y asegurándote de que tenga un horario regular de sueño y alimentación saludable. También es importante escuchar y validar sus preocupaciones y ofrecer apoyo emocional. Si el estrés y la ansiedad persisten, considera buscar ayuda profesional.

1. Escucha activamente a tu hijo y demuéstrale que te importa lo que dice.
2. Comunica tus sentimientos y emociones de manera clara y honesta.
3. Dedica tiempo de calidad a estar juntos y hacer actividades que disfruten ambos.
4. Aprende a manejar tus emociones y a expresarlas de manera adecuada.
5. Fomenta la confianza y el respeto mutuo en la relación.
6. Sé un modelo a seguir en cuanto a comunicación y resolución de conflictos.
7. Aprende a reconocer y validar los sentimientos de tu hijo.
8. Mantén una actitud positiva y abierta al diálogo.
9. Evita juzgar o criticar a tu hijo y en su lugar, brinda apoyo y orientación.
10. Celebra los logros y éxitos de tu hijo y demuéstrale tu orgullo y amor incondicional.

Para apoyar el desarrollo emocional y social de tu hijo, es importante que le brindes un ambiente seguro y amoroso, que le enseñes a expresar sus emociones y a resolver conflictos de manera pacífica. También puedes fomentar su creatividad y curiosidad a través de actividades como la lectura, el dibujo, la música, los juegos de construcción y la exploración de la naturaleza. Es importante que le des la oportunidad de experimentar y descubrir cosas nuevas, y que le animes a hacer preguntas y a buscar respuestas.

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Responsable: Jonatan Molina Torres.
NIF: B03839495
Aspe, Alicante - España.
Correo electrónico: jonatan.molina.91@gmail.com
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